No es la primera vez que en algún país del mundo el periodismo tiene una crisis de seguridad, ni siquiera en el país, pero los eventos recientes parecen apuntar a que viene una de niveles históricos.
En México hemos tenido durante las últimas décadas constante acoso a los periodistas por parte de intereses en el poder (gobierno, pués), pero a partir del 2010 la cosa se puso fea, y hemos mantenido desde entonces un alarmante promedio de más de 1 asesinato/desaparición de periodista por mes.
Tenemos casos patéticos como el estado de Veracruz en el que a todas luces los gobiernos recientes han estado involucrados en narcotráfico, y los periodistas pagaron su osadía de resaltar el hecho. Muy al estilo de lo que pasaba hace 2 décadas en Baja California, o Sinaloa, pero en magnitud bastante mayor.
Después de la llamada “guerra contra el narco” el gobierno de el entonces presidente FCH inició una política de represión que hizo que se dejara de reportar la violencia como si eso la desapareciera, EPN continúa con esa tonta política no permitiendo que se hable claramente de los niveles de violencia, principalmente porque varias veces hemos estado peor que con la guerra de Calderon, si no es que todo lo que va del sexenio, necesito verificar eso.
Y ahora como era de esperarse, la victoria de Trump (tema demasiado recurrente en los asuntos de México) tenemos del otro lado del charco un problema que seguro nos va a afectar, resulta que Trump es tan bueno para hacer tonterías que la prensa lo trae de bajada, y está iniciando una campaña de odio contra los periodistas, al punto de llamarlos enemigos del país, con lo cuál seguro vamos a empezar a ver actos de violencia contra ellos, y desafortunadamente eso seguro impacta en .mx, porque nuestro gobierno es igualmente hábil para hacer tonterías, y con los niveles de aprobación de EPN lo que más necesita en este momento es callar a la prensa y aumentar la desinformación del pueblo.
Se ven venir tiempos oscuros para el periodismo y por lo tanto para la sociedad en general.
Lo bueno es que como en los 60s, los artistas están empezando a involucrarse mucho en la protesta social, así que al menos tenemos esa parte de “los personajes con mucha visibilidad” compensando la represión de información. Ya veremos cómo evoluciona todo.
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