Como era de esperarse, el último round en la jornada electoral de este año se puso muy interesante, en especial para aquellos que adoramos las teorías de conspiración. Al final terminó ganando el PRI, el PRD como era de esperarse está bastante inconforme, y el PAN sospechozamente ni pio dice.
Cuál es el meollo de este asunto ? que hubo fraude, el problema? que no lo podemos comprobar.
La verdad es que es bastante obvio que hay muchos errores en la captura de datos, hay bastante evidencia de que se amaña la forma en la que se procesan las actas, pero el porcentaje es bajo como para causar un cambio en los resultados.
Es obvia la compra de votos, hay un monton de evidencia, pero otra vez, lo que se puede comprobar es realmente poco…. Tope de gastos, algo no tan similar, posiblemente logren comprobar que el PRI gastó X% más de lo que se permitía por ley, pero resulta que el castigo es una multa.
Intervencionismo presidencial, no fue tan obvio este año, pero en repetidas ocaciones FECAL dió su acostumbrado discurso de que el peje es un peligro… curiosamente en el segundo debate le respondió en twitter solamente al peje, y nunca se hizo nada con respecto a unos videos injuriantes que cambiaban totalmente de sentido un discurso del peje, haciendo parecer que decía exactamente lo contrario a lo que en realidad estaba diciendo.
Así que, de todas, llevamos cero, no hay manera de hacer que esto camine.
La misma noche del 1o de julio hubo muchas opiniones y análisis, entre ellos uno sobre el que quiero abundar, ya que le invertimos varias personas bastante tiempo y al final nos demostramos a nosotros mismos de que no podemos caer en el error de mal interpretar los resultados, por más que quiera agarrar a estos cuates en la movida, realmente la tranza no se hace dentro del conteo en el IFE, o si se hace no es significativa.
El análisis al que me refiero (hay un segundo análisis más matizado) es el del Dr. Jorge A. Lopez, en el que muestra algunas cosas interesantes, y que a primera vista podrían parecer sospechosas. En particular están las correlaciones de Pearson que son (redondeadas) 1 en todos los pares de datos comparados; por otro lado está la mención de que se denota un efecto de “gráfica espejo” entre PRD y PAN.
Como menciono, de primera instancia pareciera que esos comportamientos son sospechosos, y para eliminar el elemento humano de buscar patrones en todos lados empezamos a hacer pruebas de cómo se comporta el coeficiente de Pearson en muestras aleatorias, con lo que rápidamente uno se da cuenta de que en realidad no hay mucho que concluir a través de ese análisis, elaboro adelante.
Para hacer algo “más realista” simplemente hice un script que simula una votación que termina en un resultado similar al que se encontró en el conteo del PREP, es decir que termina con porcentajes similares para PRI, PAN y PRD (si, al PANAL lo ignoré por completo) y el resto se toma como “abstinencias” que incluyen votos de los partidos menores, nulos, etc.
El script final con un poco de histora (en el control de versiones) está en github: elect.py
La gran mayoría del código es lateral, diseñado para hacerme la vida fácil leyendo un archivo de configuración bastante sencillo que define los porcentajes que queremos que tengan (probabilidad) cada uno de los partidos que definamos, así como el número de votos totales, cada cuántos votos cerramos un ciclo para presentar los datos, y finalmente un cálculo del coeficiente de Pearson para los pares de datos que definamos en la configuración hecho cuando termina uno de los ciclos.
Voy a poner algunos ejemplos de las gráficas que se pueden obtener, si gustas puedes obtener las propias con el script (si encuentras un error en el mismo por favor avísame :D)
De entrada podemos ver rápidamente que el coeficiente de pearson converge muy rápidamente a valores cercanos a 1, en la siguiente gráfica después de 6 mil votos las 3 correlaciones están por encima de .999, así que para corridas de 28 millones la convergencia se da prácticamente instantaneamente, y ya no baja.
De tal manera que no podemos usar el argumento de que una correlación de 1 (redondeada después de 3 dígitos decimales) pueda considerarse como algo sospechozo, la gráfica anterior es generada con números aleatorios, en pocas palabras, el coeficiente no mide realmente algo útil en este caso.
Ahora veamos la evolución de los porcentajes con respecto al número de votos:
Si queremos encontrar un comportamiento de “espejo” lo hacemos, esta es solo una gráfica que hice justo antes de escribir esto, si se fijan la gráfica azul (PAN hipotético) tiene una tendencia sospechozamente similar (pero en espejo) a la del PRI (hipotético tambien, en morado). En twitter puse otra similar, igualmente tomada de una corrida perfectamente “aleatoria”, es decir, corrí una vez el script, grafiqué y eso salió. Como podemos ver, ese efecto de “espejo” es bastante común, y no es manoseo propiamente (aunque podría darse el caso) sino simplemente el comportamiento normal cuando el azar favorece o desfavorece a uno de los integrantes, pueden pasar 2 cosas, que se compence ese favorecimieto entre todos los otros integrantes, o que uno de ellos “pague el pato”. Como la cantidad de integrantes no es tan alta, es común que 2 de ellos se “sincronicen” y hagan saltos (en sentido contrario) que nos hacen parecer que algo está raro, pero si sucede con un muestreo aleatorio, ya no tenemos muchos fundamentos para usarlo como una prueba de fraude.
Después de unas cuantas horas invertidas en darle vueltas a todo, no queda más que concluir que la parte importante del fraude (si es que hubo uno (yo creo que si)) no se da en el conteo del IFE, sino antes, ya sea en el conteo en las casillas, o con la coacción, compra de votos, publicidad desmedida (e ilegal) así como en el rebace de topes de gastos, y eso va a ser muy complicado de demostrar… ah ! y claro, no hay sanciones reales contra ello, así que aún demostrado, dificilmente nos deshacemos del triste resultado de estas elecciones.
A darle átomos !! 😀 tenemos 6 años por delante para contrarrestar esto.
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Reply to “Demostrando el fraude (o no)”